La pandemia afectó todos los mercados, y el de la chatarra no quedó fuera. Estamos, en nuestra industria, frente a nuevos desafíos relacionados con la modificación que sufrieron los mercados durante la pandemia y los cambios que tuvieron lugar en la producción.

El siguiente medio Colombiano comparte interesante información acerca de esta problemática:

Entre los 36 subsectores que generan encadenamientos con el sector construcción está el del acero, que aporta cerca de 6% del PIB sectorial. A pesar de que la recuperación de las obras va avanzando, los productores de acero enfrentan un desafío: la escasez de chatarra ferrosa, materia prima esencial para producir el material.

De acuerdo con el Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi, debido al freno que se ha dado en varias industrias, el país dejó de generar alrededor de 284.000 toneladas de chatarra, una caída de 26% de enero a octubre del 2020 frente a 2019.

“Se ha dejado de generar chatarra por el cese de operaciones, muchas compañías no tienen capex disponible para invertir en sus activos fijos y los procesos de reconversión industrial se han disminuido significativamente”, aseguró María Juliana Ospina, directora ejecutiva del Comité de Acero.

Otro tema que mencionó Ospina es que “tampoco se chatarrizan suficientes vehículos”, otra posibilidad que tiene la industria del acero para obtener el insumo.

En octubre del año pasado se puso en marcha el plan de modernización del parque automotor de carga, para desintegrar a 2022 25.000 vehículos con más de 20 años en el mercado, pero al 31 de octubre de 2020 solo se habían chatarrizado 990, según el Ministerio de Transporte.

“Ese es el quid del asunto. Estas condiciones nos ponen un limitante para seguir creciendo y generan que nos toque importar chatarra o la palanquilla para producir”, explica Ospina.

 

EFECTO GLOBAL 

La baja generación de chatarra a nivel global ha aumentado 21,5% el precio internacional del insumo, y el mercado colombiano no ha sido ajeno y ha experimentado un alza del 44%, que también se reflejada en los precios del producto final.

Esta situación ha llevado a que la industria aún no logre recuperarse del todo. Se espera al cierre de 2020 una caída anual del 14% en la producción, 186.844 toneladas de acero menos que en 2019, para un total de 1,14 millones.

Así mismo, el Comité de Acero proyecta una reducción de 31% en las importaciones, y una caída en la demanda de 21%, que cerraría en 1,7 millones de toneladas del metal.

Fuente: http://www.portafolio.co/economia/la-industria-del-acero-alerta-sobre-escasez-de-chatarra-547287

Un informe ha revelado que las siete grandes potencias del mundo obtienen de la chatarra ferrosa alrededor de la tercera parte de su acero y hierro. Nosotros, desde América Latina nos vemos en la necesidad de mirar con nuevos ojos los procesos del reciclado y trabajar en la educación para fomentar estos procesos productivos a partir de materiales como la chatarra de hierro. Esta es una de las claves para el plan de sustentabilidad que debemos abordar en los próximos meses.

Compartimos la nota que desarrolla la situación de las grandes potencias en el mundo:

“La producción global de acero y de hierro crece en la misma medida que la economía mundial, aproximadamente un 3,7% de acuerdo con datos del año 2017. Países como China la aumentan mientras que Europa reduce dicha producción. En este contexto, España figura en el tercer puesto de importadores europeos.

Los datos del año 2017 desvelan un incremento de la producción de acero bruto, así como del uso de la chatarra de acero como materia prima para fabricar este mismo material en determinados países. Destaca en particular un espectacular aumento del uso de la chatarra de acero en China, que se encuentra estrechamente vinculado con el cierre de buena parte de sus hornos de inducción.

A lo largo de ese año la utilización total de la chatarra de acero en las siete principales potencias del mundo y sus regiones de influencia fue de 425 millones de toneladas, una cifra que representa un tercio de la producción de acero bruto, que llegó hasta los 1.370 millones de toneladas.

Con datos de 2017, el uso de la chatarra de acero como materia prima a escala mundial se calcula en torno a los 600 millones de toneladas del global de producción mundial de acero estimado en 1.690 millones de toneladas.

La proporción de chatarra de acero que ha sido utilizada como materia prima para la producción de acero bruto fue del 35,5 en el año 2017. Por países, este porcentaje se concreta en un 17,8% en China, 55,5% en la Unión Europea, 72,1% en Estados Unidos, 34,2% en Japón, 43 % en la República de Corea, 80.8% en Turquía y 39.9% en Rusia.

El citado informe incluye también datos sobre el comercio externo de chatarra de acero, analizando el papel de Turquía como el principal importador mundial de chatarra de acero y el de los principales proveedores, entre los que se encuentra República de Corea, considerado el segundo importador de este tipo de chatarra. Las cifras de Official Trade Statistics / WV Stahl confirman que el comercio mundial de chatarra de acero, incluyendo el que se desarrolla en los márgenes de la Unión Europea, subió hasta las 99 toneladas durante 2017.

Como comentábamos, se ha experimentado una bajada en el consumo de chatarra de acero en la Unión Europea, que se calcula en un 2,6%.
Este informe demuestra la importancia de la chatarra férrica, como una de las materias primas que más se usan a escala mundial en acerías y fundiciones de acero y hierro.”

https: //www.derichebourgespana.com/las-grandes-potencias-sacan-de-la-chatarra-la-tercera-parte-de-su-acero-y-su-hierro/

La Economía Circular es un modelo económico que busca transformar los patrones de producción tradicionales al igual que el consumo de la sociedad con el fin de lograr un sistema productivo sustentable. Mediante la re-utilización de bienes que hoy se consideran residuos, persigue un uso más eficiente de los recursos: convierte los residuos en materias primas que ingresan al sistema productivo para cerrar el ciclo de vida de los bienes, alargando su utilidad y permitiendo una reducción de los residuos.

La transición hacia esta Economía permite el incremento de la propia competitividad y sostenibilidad, construyendo un sistema económico más resiliente y adaptable a la escasez de recursos y la volatilidad financiera. Este modelo permite impulsar la innovación y la eficiencia empresarial, cambiando los patrones de producción y consumo.

Además, permite la creación de puestos de trabajo, favoreciendo así el crecimiento económico y el bienestar de todos los niveles, fortaleciendo la integración social. Así mismo, permite limitar los daños irreversibles en el clima y la biodiversidad, al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La Economía Circular presenta una gran oportunidad de revolución industrial que impacta significativamente en la consecución de los ODS: Objetivos de Desarrollo Sostenible determinados por la ONU.

 

Entre los diferentes gases de efecto invernadero (GEI), el dióxido de carbono (CO2) es el que tiene un impacto más penetrante al permanecer en la atmósfera por cientos de años y todavía más en los océanos. Este tipo de gases, por su composición química, absorben parte del calor que nos llega del sol y, como resultado, la temperatura media de la tierra está aumentando más allá de lo que ocurriría en condiciones naturales.

La huella de carbono es la métrica ambiental que calcula la totalidad de las emisiones de GEI generadas, directa o indirectamente, por una persona, grupo, organización, etc. Esta se mide en masa de CO2 equivalente, ya que este es el gas más abundante y por eso, se utiliza como referencia dentro de la medición del resto de los elementos. Esta herramienta permite conocer con mayor certeza la manera en que los GEI influyen en el calentamiento global, y por tanto, aceleran el cambio climático.

El resultado se obtiene multiplicando el dato de consumo -el nivel de la actividad generadora de las emisiones de GEI- por su correspondiente factor de emisión -la cantidad de GEI emitidos por cada unidad del parámetro anterior-.

Se estima que la industria del hierro y el acero es responsable del 6,7% del total de las emisiones de CO2, y es por eso que el compromiso con el reciclaje adquiere aún más relevancia. Tener conciencia de nuestras emisiones permite emprender acciones que puedan reducirlas, contribuyendo a un futuro más sostenible.

Fuentes:
https:// www.bbva.com/es/sostenibilidad/que-es-la-huella-de-carbono-y-como-entender-este-indicador-ambiental/
https:// www.greenpeace.org/mexico/blog/9386/huella-de-carbono/#como-se-cuantifica-la-huella-de-carbono

 

El hierro es uno de los metales, junto al níquel, encargado de ofrecer el campo magnético a la tierra; convirtiéndose así en un material imprescindible. Al ser tan importante que no se vuelva finito, su reciclaje es sumamente necesario.

Además, el hierro es el material predominante en una gran cantidad de productos que forman parte de nuestra vida cotidiana, que terminan por transformarse en fuente de chatarra. Así, el reciclado es realmente importante medioambientalmente, ya que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero; se estima que la industria del hierro y el acero es responsable del 6,7% del total de las emisiones de CO2.

Al igual que la mayoría de los metales, es fácilmente reciclable. El hierro no pierde sus cualidades durante el proceso; y la principal limitación se encuentra, por tanto, en la presencia de contaminantes.

Reciclando hierro no solo se ahorran costos de extracción y procesamiento, sino también de los recursos energéticos. Por lo tanto, su reciclaje logra beneficios medioambientales, sociales y por consiguiente, económicos.

Fuentes:
https://reciclario.com. ar/indice/metales-y-aleaciones/hierro/
https://inagensl. com/2021/06/28/todo-lo-que-no-sabias-del-reciclaje-de-hierro/

La economía circular es un sistema industrial regenerativo por intención y por diseño. Se trata de la sustitución del concepto de ‘caducidad’ por el de ‘restauración, mediante el desplazamiento al uso de energías renovables, la eliminación del uso de químicos tóxicos, que perjudican la reutilización, y el retorno a la biosfera; busca en su lugar la eliminación de residuos mediante un diseño optimizado de materiales, productos y sistemas, y dentro de estos, modelos de negocios.

La economía circular es así un paradigma que busca modificar la forma en que producimos y a la vez, consumimos. Contraria a la economía lineal de extracción – producción – consumo – desperdicio, este tipo de economía alienta un flujo constante en el que los residuos pueden ser utilizados como recursos para re-ingresar al sistema productivo. De esta manera, nuestros desechos se ven reducidos al mismo tiempo que la cantidad de bienes naturales extraídos del planeta disminuye.

El paso del modelo lineal al circular supone convertir el residuo en recurso, mediante su integración en el ciclo como ‘una parte más’; implicando la superación de un modelo en el cual la materias primas son transformadas y luego descartadas al final de su vida útil. Así, se da lugar a un modelo circular, en el que el diseño se torna un componente fundamental: la clave se encuentra en crear productos que puedan repararse, reutilizarse, recuperarse y/o reciclarse de forma sencilla. Un planteamiento de este tipo permite que el producto conserve su valor hasta el final de su vida útil, además de una reducción e, incluso, una eliminación de la generación de residuos.

Además, en suma a los beneficios sobre el aprovechamiento del valor y la reducción de residuos, el aumentar la sostenibilidad de los negocios – desde el punto de vista social y ambiental- permite el aumento de la calidad de vida de las personas y el futuro para nuevas generaciones.

Fuentes:
http://alsimet.es/es/noticias/el-potencial-del-modelo-circular-en-la-industria-siderurgica

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/hacia-una-economia-circular-resumen-ejecutivo-ellen-mac-arthur-foundation.pdf

https://www.argentina.gob.ar/ambiente/economia-circular